Lucía

El siguiente trabajo consiste en adoptar la perspectiva de la amada de Ulises, Penélope,
que quedó esperándole durante más de diez años, mientras tejía y destejía sus sueños.

Para ello, podemos optar por identificarnos con ella y escribir el reencuentro con Ulises
desde el punto de vista de ella. No se puede olvidar, para ello la canción en la que
Serrat también se acuerda de la abandonada Penélope.



TEJIENDO RECUERDOS 
Querido Ulises ¿dónde estás? 
La penumbra de la oscuridad me aterra 
y la espera del día aún me desquicia más. 
Diariamente me exijo: ¡Penélope ríndete ya! 
si ya no sabes qué esperas 
ni tan siquiera sabes dónde está. 
Amado mío, recuerdo aquella madrugada 
en la que nos deshicimos en la orilla del mar, 
es más, jamás creo que la pueda borrar. 
“Penélope, siempre he pensado que sin tu fuerza y constancia, 
nada de nosotros quedaría ya”, 
me dijiste mientras me hacías tuya sin cesar. 
Durante estos largos meses, 
esas palabras de aliento me han hecho caminar, 
pero no se hasta cuando va a durar. 
Los demás intentan que te olvide 
y que con otro me case ya, 
pero amarrada a un pasado que ya no está 
agarro mi tela y sin mirar atrás, 
tejo y destejo sin cesar, 
pensando que un día nuevo, junto a ti, llegará. 
A menudo cierro los ojos 
e intento dejarme llevar, 
como cuando me agarrabas por la cintura 
y con un beso, el cielo me hacías rozar... 
pero ya el soplo de aire fresco que roza mis labios 
apenas se puede apreciar. 
¿Por qué no vuelves mi amor? ¡Ven ya! 

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