Carlos

Cada vez que hay luna llena yo cierro las ventanas de casa,
porque el padre de Mendoza es el hombre lobo y no quiero que se
meta en mi cuarto. En verdad no debería asustarme porque el
papá de Salazar es Batman y a esas horas debería estar vigilando
las calles, pero mejor cierro la ventana porque Merino dice que
sus padre es Jocker, y Jocker se la tiene jurada al papá de Salazar.

Todos los papás de mis amigos son superhéroes o villanos
famosos, menos mi padre, que insiste en que él sólo vende
seguros y que no me crea esas tonterías. Aunque no son tonterías
porque el otro día Gómez me dijo que su papá era Tarzán y me
enseñó su cuchillo, todo manchado de sangre de leopardo.

A mí me gustaría que mi padre fuese alguien, pero no hay ningún
héroe que use corbata y chaqueta a cuadritos. Si yo fuera hijo de
Conan, Skywalker o Spiderman, entonces nadie volvería a
pegarme en el recreo. Por eso me puse a pensar quién podría ser
mi padre.

Un día se quedó leyendo el periódico y lo vi todo flaco y largo en
el sofá, con sus bigotes de mosquetero y sus manos pálidas,
blancas, blancas como el mármol de la mesa. Entonces corrí a...




Abrí la puerta de la calle, había sonado el timbre.
Al otro lado de la puerta estaba mi amigo Mendoza con un hombre con un mono azul,
manchado de grasa, un hombre mayor que mi padre, grueso, con las piernas muy cortas,
muy bajito.
Mi amigo Mendoza se sorprendió al verme y entendí que no venía a visitarme a mí,
todo había sido una coincidencia.
El Señor me preguntó por mi padre, me dijo que era el Progenitor de mi amigo
Mendoza, no lo podía creer, ¿Cómo iba a ser aquel hombre el temido hombre lobo?.
Pasamos todos al salón, el hombre estaba agobiado, necesitaba ayuda, al aparcar había
rozado el coche de otra persona y no había pagado el seguro.
Mi padre le solucionó todo con una llamada telefónica, el papá de Mendoza se lo
agradeció insistentemente.
A la mañana siguiente, Mendoza estaba avergonzado, no me miraba. Cuando los demás
niños vinieron a pegarme, él se interpuso, les dijo que había estado en mi casa y mi
padre era el héroe más grande que jamás se pudiese imaginar, que sólo con un silbido
podría dejar sin pelo a todos los niños de la clase. Finalizó su relato guiñándome un ojo
en la más absoluta discreción, ningún compañero se enteró.
Hoy nadie me pega en el colegio, mi padre me parece un héroe, tiene un trabajo que
consiste en ayudar a otros papás del mundo. Hoy es 18 de Junio, hace calor, voy abrir la
ventana, necesito aire, dormiré con la ventana abierta.
Carlos Felipe González del Pino

1 comentario:

  1. Este relato me ha parecido creativo, una pena que no dejen comentarios, suerte en la difusión.

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